Cerca de 20.000 enlaces fueron detenidos en España, siendo encarcelados o ejecutados. Un número cuatro o cinco veces mayor colaboró en las redes de apoyo a la insurgencia.
La función de enlace correspondía en un principio a los familiares, amigos y vecinos de los huidos. Lógicamente eran a por los que primero iban las fuerzas represivas, eran detenidos, sometidos a palizas y destierro. Esto ocasionó que varios familiares se echasen también al monte, siendo habitual encontrar a varios miembros de una misma familia.
Cuando los guerrilleros fueron organizándose, desplazaron el apoyo familiar a una red organizada de enlaces, entre la que se encontraba un verdadero universo ideológico, profesional y social, llegando a colaboraron con los emboscados, algunos terratenientes, médicos, sacerdotes e incluso algún miembro del ejercito y la Guardia Civil, incluyendo a mas de un oficial.
A veces para no levantar sospechas, fueron utilizados niños y ancianas como enlaces.
Algunos ciudadanos participaron como enlaces como consecuencia de las injusticias que bien padecieron ellos, sus familiares o sencillamente fueron testigos de las mismas.
Es importante destacar la labor de los "enlaces" y colaboradores del Maquis español, también conocidos como "los del Llano":
Estos enlaces, se apoyaban en amigos y familiares, que como a los guerrilleros, alimentaron vigorosas redes de apoyo a la Guerrilla que, conforme al territorio de actuación, recibieron diferentes nombres: Comité del Llano, Milicias Pasivas o Servicio de Información Republicano (SIR),etc. Operaban en las ciudades y, sobre todo en pueblos y aldeas.
Los enlaces, que eran los ojos y los oídos de los guerrilleros, informaban por diferentes medios de los movimientos de las fuerzas represivas y los puntos en los que situaban los "apostaderos" (puentes, encrucijadas de caminos, laderas, cortijos o masías); también transmitían a los de la Sierra las directrices de las diferentes organizaciones políticas clandestinas ubicadas en las ciudades; investigaban la ubicación y naturaleza de los objetivos de los sabotajes guerrilleros: polvorines, cuarteles de la Benemérita, líneas telefónicas, horario de trenes...; conseguían la filiación de alcaldes, falangistas, somatenes y elementos fascistas locales en general, que destacaban por su especial actividad en la represión política de los habitantes de la zona.
Los del Llano también eran los elementos indispensables para la realización de los golpes económicos (grandes propietarios, atracos a entidades bancarias, etc). Además, se encargaban del lavado o reparación de sus ropas, comprar comida, medicinas, equipo, ropa y, en ocasiones, armamento y municiones o los útiles necesarios para fabricarlas.
Niños, clérigos, militares... incluso guardia civiles
"Empecé de pequeño como enlace, para el grupo de mi padre, que estaba en el Monte, hasta que ya adolescente ingresé en la guerrilla, donde allí supe que teníamos avarios guardia civiles colaborando" Nos cuenta "Quico". "Teníamos muchos enlaces que, a veces, para no despertar sospechas, eran niños que iban a la escuela, algún clérigo y hasta recuerdo un guardia civil que estaba identificado con nuestra lucha contra la Dictadura", manifiestaba el veterano ex-guerrillero"Moncho". "Me alojaba en Granada, en la casa de la exposa de un sub-oficial de la Guardia Civil, donde podía trabajar elaborando propaganda con la multicopista con toda tranquilidad", relata un ex-enlace andaluz, Ramiro Fuentes. Enrique Urbano "Fermín" recuerda con afecto a "aquel administrador de un gran cortijo cerca de Almuñécar, que junto con su familia y empleados nos fueron de gran ayuda, y sin querer cobrarnos por ello, en los momentos más comprometidos, poniendo sus vidas en grave peligro por ello, aquellos soldados que "perdían" sus municiones en los caminos para que las encontrasemos".
Familiares y amigos
Los familiares de las víctimas de la represión política franquista constituyeron otro importante segmento de la red de apoyos: padres y madres cuyos hijos habían sido ejecutados, hermanos de represaliados, viudas de republicanos, familiares de los presos políticos. Las redes familiares y vecinales, que venían funcionando en el medio rural desde hacía siglos, se activaron con los "hombres de la Sierra". El conocimiento de la existencia de estas redes de apoyo hacía que los guardias civiles viesen a un potencial enemigo en cada paisano, especialmente si era de origen humilde.
Sistemas de Comunicación
Estas redes hacían que una noticia llegase de punta a punta de una comarca, en cuestion de segundos, siguiendo diferentes e ingeniosos sistemas que pasaban desapercibidos como, por ejemplo en el Sur andaluz, los silbidos de los pastores, o como hacian las "patriotas", por la forma, tamaño y orientacion de "tender la colada": si en un balcón, o en una ventana, si era blanca ,de color o de ambas, etc... de forma que, en operación repetida de cortijo en cortijo, los de la Sierra podían saber, en segundos y a kilometros de distancia, en cuanto tiempo, cuándo, desde dónde o el número y medios de las patrullas de fuerzas represivas e itinerario que seguian, o incluso que "enlace" o familiar habia sido detenido o que "buzón" localizado.
Los enlaces "forzosos"
También hubo apoyos que pueden ser catalogados como "enlaces por obligación". En las pequeñas aldeas situadas en parajes abruptos y alejadas de los núcleos de población importantes, donde los guerrilleros camparon a sus anchas durante años, formar parte de las redes de enlaces resultaba casi forzoso: la autoridad la detentaban los guerrilleros de la zona. Y fue en estos territorios de beligerancia obligada donde se vivió como un drama personal y familiar el dilema entre apoyar a los maquis o denunciarlos a la Guardia Civil.
Diferentes sistemas
Los "puntos de apoyo" y las "estafetas de tierra" o "buzones" eran los procedimientos más habituales mediante los cuales los enlaces, "Los del Llano" auxiliaban a la guerrilla. Los primeros eran casas de confianza que estaban a disposición de los guerrilleros, y en muchos casos habilitadas al efecto con dobles techos o paredes falsas, pozos y otros escondites, que servirían para atender la recuperación de heridos o enfermos y que permitían eludir los periódicos registros de las fuerzas de represión.
Muchos de estos puntos de apoyo fueron descubiertos, y entonces la ejecución inmediata de sus inquilinos, después de un durísimo interrogatorio sin escrúpulos, incluidos los propietarios, era lo más habitual.
Las "estafetas", por su parte, eran lugares señalados previamente: una hendidura en las rocas, un hueco en los árboles, una piedra, etc. ...que guerrilleros y enlaces utilizaban para intercambiar mensajes que solían dejar metidos en botellas, latas u otros recipientes camuflados para evitar su deterioro.
Estas estafetas de seguridad estaban aproximadamente a medía hora de camino de las bases guerrilleras, y era obligatorio que los maquis que regresaban al campamento revisaran los avisos ya que el campamento podía haber sido asaltado. Los mensajes estaban escritos a veces en tinta simpática (invisible) o con zumo de limón. También en las estafetas se dejaban armas y municiones para casos de emergencia. Por razones de seguridad siempre se cambiaba periódicamente la ubicación de las mismas.
Depósitos de víveres y municiones
En las cercanías de las "bases", o campamentos importantes, que solían estar habitualmente a cierta distancia de arroyos y charcas, se disponían los "depósitos de aprovisionamiento", donde se almacenaban armas, municiones, multicopistas, propaganda o comida, para que en caso de localización por las fuerzas represoras, poder tener la posibilidad de recuperar su contenido más tarde, cuando la zona estuviese despejada.
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