Conversaciones con... Antonio Brevers. Escritor del libro Juanín y Bedoya. Los últimos guerrilleros.


Patricia Delgado / Gastrocantabria / julio 2007.
En ocasiones la infancia nos deja grabadas en la memoria historias que, aunque no las hayamos vivido, despiertan en nosotros un interés especial. Un interés que puede convertirse en una auténtica inquietud, en un ansia por llegar a conocer hasta el último detalle que pueda estar relacionado con el tema y, finalmente, pueden traducirse en una obra literaria como la que hoy presentamos: ‘Juanín y Bedoya: los últimos guerrilleros’.

Su autor, Antonio Brevers, ha estado más de diez años recopilando información sobre una de las historias más ambiguas de la historia reciente de Cantabria: las circunstancias en las que murió uno de los guerrilleros más famosos de la región, Juan Fernández Ayala. Pero el libro no se reduce sólo a esta cuestión, que, por cierto, resolverán tras la lectura del libro. Se trata de una amplia investigación en la que el lector podrá meterse en el corazón el movimiento guerrillero y conocerlo desde dentro, desde su lado más humano.

Psicólogo de profesión, Brevers se ha configurado como uno de los mayores expertos en el movimiento guerrillero. Todo comenzó con la puesta en marcha de una página web en la que iba colgando la información que recogía. Después ha sido guionista en series de televisión, ha colaborado en documentales y ha participado en otras publicaciones sobre el tema. Todas ellas han sido experiencias satisfactorias para el torrelaveguense, que ha tocado cima con la publicación de su primera obra.

Por el momento, Antonio no se plantea escribir otro libro, el proceso ha sido largo y ahora necesita un descanso. Sin embargo, sus inquietudes no cesan y su interés por este apartado de la historia no decrece, por lo que no descarta la posibilidad de seguir ahondando en él en el futuro.

GC - ¿Durante tus investigaciones te presentabas como Alfredo Cloux?, ¿quién es quién?

AB - Alfredo Cloux es mi pseudónimo y me encuentro bastante cómodo utilizando este nombre, porque Alfredo es mi segundo apellido y Cloux es el segundo apellido de mi abuelo paterno, que fue alguien que marcó mucho en mi vida.
Lo comencé a utilizar en la página web que creé sobre esta época de la historia. Empecé con ella sin demasiada ambición, sólo quería ir colgando en ella información que tenía o encontraba para dar a conocer la posguerra y la historia de Juanín y Bedoya.
A raíz de ella, poco a poco se fueron poniendo en contacto conmigo de Telecinco, TVE y todos esos trabajos fui haciéndolos con el pseudónimo.
Cuando tuve material para el libro y lo escribí, me planteé firmarlo con mi nombre o como Alfredo Cloux, pues mucha gente me conocía bajo ese nombre. Pero decidí que dado que tanta gente había dado la cara para que escribiera el libro, yo también debía figurar con mi nombre, como Antonio Brevers.

GC - ¿Cómo ha sido la experiencia de escribir tu primera obra?

AB - Ha sido una experiencia muy completa. La parte de la investigación ha sido una maravilla. Conocer a tantos personajes que durante tanto tiempo deseé llegar a conocer ha sido muy emocionante.
La fase de la escritura fue más dura, porque la investigación la realizaba yendo con mi mujer y mis hijos a pasar el día e indagar mientras sobre lo que necesitase. Pero sentarse a escribir significaba cerrar la puerta y aislarte del mundo. Esto fue más difícil, sobre todo teniendo en cuenta que yo no me dedico profesionalmente a escribir y lo he hecho en mi tiempo libre, fines de semana y vacaciones.

GC - ¿Y el proceso de publicación?

AB - Ha sido relativamente fácil. Hubo un par de editoriales de ámbito nacional que se interesaron en publicarlo, pero yo quería sacarlo en un buen formato, quería una edición de calidad porque he puesto mucha ilusión en él y mucho esfuerzo.
Acudí al Gobierno de Cantabria y al Ayuntamiento de Torrelavega para presentar el trabajo y ver si encontraba apoyo por su parte para publicarlo y lo cierto es que la respuesta fue inmediata. Les gustó la idea, han colaborado en la financiación del libro y así lo he podido sacar adelante yo mismo.

GC - ¿Qué se van a encontrar los lectores en ‘Juanín y Bedoya’?

AB - Contiene muchos datos, nombres y documentos pero lo he escrito intentando que el lector viva lo que yo he vivido como investigador. Se encontrarán con lo que yo me fui encontrando en las entrevistas, con los documentos a los que fui accediendo y van a vivir la historia por sí mismos. De esta forma, la lectura es mucho más atractiva, porque tú descubres y tú enlazas datos.

GC - ¿Por qué Juanín y Bedoya?

AB - De pequeño oía a mis mayores hablar del tema, sobre todo de la muerte de Juanín, porque fue muy ambigua, y esas historias para un niño...
Cuando fui creciendo, empecé a leer algunos libros y me enganché totalmente al tema. Además, siempre que he ido a Liébana y he tenido ocasión, he preguntado a la gente sobre sucesos relacionados con Juanín y Bedoya.
Hace unos diez años empecé a documentar toda la información que tenía, porque llegó un momento en el que yo mismo confundía las cosas, ya no sabía quién me había dicho qué. Comencé a grabar las entrevistas, a tomar fotografías y a pedir autorizaciones para utilizar esas informaciones en el futuro.
Así, me fui haciendo con un archivo enorme de documentos, grabaciones y fotografías. Después de todo esto, pensé que toda esa información merecía que se la diera una salida.

GC - Todo lo que rodea a la Guerra Civil es un tema recurrente en el cine y la literatura española, ¿crees que ha quedado reflejado lo que fue el movimiento guerrillero?

AB - No, creo que nos hemos quedado con cuatro tópicos y hemos olvidado las historias humanas. En mi caso, es algo sobre lo que he profundizado y que destaco en el libro.
Los sentimientos, los amores y los problemas del ser humano, cómo sufrían los guerrilleros, sus familias e incluso sus víctimas, son temas sobre los que no se ha profundizado y nos hemos quedado con los estereotipos de los guerrilleros.

GC - Cuando se tocan temas tan delicados, ¿es posible que el resultado deje satisfecho a todo el mundo?

AB - Es difícil. Yo había veces que tenía miedo porque llamaba a una puerta, sabía que en esa casa habían ocurrido cosas graves y me daba miedo traerles a la mente esos recuerdos. Pero al final me di cuenta, y además me animó a seguir, que aunque lo pasaran mal, luego se quedaban confortados, porque algunos no se lo habían contado nunca a nadie.

GC - ¿Ser psicólogo es un arma más a la hora de hacer investigaciones de este tipo?

AB - En cierta manera sí, pero cuando he tenido que hablar con gente, he tratado de ser lo más sincero posible y no emplear ningún ‘arma’ de psicólogo.
Mi profesión me ha servido para enfrentarme a las entrevistas sin prejuicios. Me ha ayudado mucho la empatía, saber ponerse, en el papel de cada persona que he entrevistado, sin prejuicios ni juzgar lo que hizo o el papel que le tocó desempeñar en esta historia.