JUAN CRUZ / El País/ 18/07/2006
Fue muy emocionante el programa sobre la memoria de la Guerra Civil que emitió el domingo La 2.
Manuel Gutiérrez Aragón era el periodista. Con su bastón rústico, su gabardina y con ese aire bonachón con que hacía las preguntas parecía un detective tranquilo buscando la raíz de una historia sepultada también por la democracia.
Eso es lo que dijo Julio Llamazares, que intervino en el programa con Secundino Serrano, autor de una historia sobre los maquis. Llamazares, cuya novela Luna de lobos sobre los maquis en León fue precursora de otros trabajos sobre estos guerrilleros, recordó la densidad de ese silencio: "Estuvieron siempre en el olvido". El escritor entró con el historiador en una cueva que sirvió de refugio a estos guerrilleros, y en aquel cubículo de piedra y miseria exclamó: "Sólo el terror te puede conducir a vivir así".
Fue un documento de gran calidad periodística; los testimonios fueron de gente que protagonizó la vida de aquel tiempo, y todos fueron pertinentes, fueran rabiosos o contenidos. Fue intensa la intervención de mujeres que habían apoyado el movimiento de los maquis, y que aprovecharon para destacar la nobleza con la que les trataron sus compañeros. Sobrecogía la indignación con la que aún hoy algunas recordaron la malevolencia de los que las trataron de prostitutas de los guerrilleros. La historia de Juanín, un famoso guerrillero cántabro, fue en cierto modo el mimbre que dio vigor al programa, y sirvió para demostrar que dedicándose al cine Gutiérrez Aragón privó de un buen investigador a la historia y el periodismo.
En La Sexta asistí al estreno de Mangápolis, que tiene los teens como objetivo de audiencia; un mundo fascinante el manga, lleno de referencias que ya son un universo cultural que mezcla música, vestimenta y obsesiones. Hicieron una encuesta manga sobre los hombres; entre los testimonios anoté el de una muchacha: "Lo tengo claro: el hombre ha de ser buena persona".