Significación histórica del movimiento guerrillero.

Francisco Martínez-López, “El Quico”
Conferencia-coloquio Club de Amigos de la Unesco 08/02/2006
CUADERNOS DEL CAUM
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Salud para todos ustedes, es un gran placer comunicar una historia de vida que está inmersa dentro de lo que fue la historia colectiva del movimiento guerrillero.
Los compañeros que me han precedido han adoptado una serie de conceptos que me parece son el elemento que unifica los criterios en el movimiento guerrillero.

No se puede, por ejemplo, disertar sobre el movimiento guerrillero sin tener en cuenta el denominador común que es la República, que era aquel gobierno elegido por el pueblo, en donde con la sublevación del fascismo tuvo diferentes etapas de la respuesta del pueblo para defender lo que era el patrimonio propio. Por eso no se puede unificar en un mismo esquema el desarrollo de las luchas que ha sido la guerrilla, como puede darse hoy incluso en otros movimientos.

Hay que situarse en el lugar y situarse en el tiempo. Por eso seguramente lo que yo pueda transmitir como vivencias dentro de lo que yo llamo movimiento guerrillero va más allá de lo que es una guerrilla. El movimiento guerrillero tiene esa singularidad del tiempo y del lugar. Por ejemplo, yo soy de la provincia de León, de una cuenca minera, del Bierzo, en donde el 20 de julio del 36 las fuerzas franquistas que subían de Galicia ocupan aquella región y hay un combate de los trabajadores que defendían la República; se pierde el combate y quedan, pues, dos soluciones, una el marcharse hacia Asturias donde se ha detenido el avance de las fuerzas franquistas, y los que no han podido marcharse tienen que reconstituirse; comparto lo que dicen los compañeros cuando hablan de los huidos, en aquel momento la primera reacción era huir. Pero, ¿de qué huir? Pues de la represión franquista que no se hizo esperar. Por ejemplo, cuando se habla de fosas comunes en toda la zona del Bierzo hay que pensar que son cientos de fosas, pero que son -bueno, hubo asesinatos hasta 1951 y 1952- de las fuerzas comunes en masa, ya desde el día 20 y 21 de julio de 1936. Entonces, una parte por convicción fue a la cárcel, por ser fieles a la República, y otras de tantas personas para escaparse de esa masacre huyeron del asesinato en masa, de todo aquello que se movía en el apoyo al franquismo. Por eso digo que el tema de la guerrilla, sea al menos en aquella región como en otras, el denominador común es la defensa de un sistema social, un sistema político, unos valores más o menos arraigados en unas personas u otras, pues no todo el mundo tenía una formación política seguramente que en primer plano, pero había un sentimiento de adherirse a esas ideas.

En la región donde yo nací fue sometida anteriormente a esas confrontaciones político-sociales que supuso la revolución de 1934 en octubre, por eso la gente de mi pueblo y mi familia propia hasta ese momento fuimos fieles a la República; hubo, no guerrilla, pero sí huidos, los que vinieron a componer, a aumentar los 30000 detenidos de los años del 34 y que muchos de ellos incluso eran exiliados de Asturias. En León hubo exiliados hasta ese momento, o sea, que era una cultura más o menos anclada en el pueblo que se forjó en torno a esa resistencia.

Bien, yo tenía 10 años cuando estalló la guerra en la región de León, del Bierzo, y me toca ya jugar en ese momento el papel de enlace y participar en la resistencia porque una gran parte de los mayores tenían que ocultarse si no querían conformar el primer grupo de huidos, y quienes eran los que hacían la relación entre las familias éramos los niños y también las mujeres. Así fue mi experiencia ya de niño, de joven en torno al trabajo clandestino. Eso se afianza más o menos mientras no se viera una perspectiva de organización, de estructura, porque durante 1936 y 1937, hasta octubre del 37 donde las fuerzas franquistas ocupan Asturias, cabía esa posibilidad, ese ánimo de pasarse a la zona republicana que era lo que hicieron algunos grupos de huidos en el primer momento, pasar a la zona republicana en Asturias, como cuando Asturias cae en el 34, pero en el 37 el que no cayó prisionero reviene a los lugares que ya conocía de haber sido huido y enrolarse en lo que es la guerrilla propiamente, que era varios grupos que conviven, unos más o menos estructurados que otros, pero que se va gestando ya.

En los años 40 la primera federación de guerrillas surge allí al lado de mi pueblo, la primera creación de guerrilla en España León-Galicia en el año 1942 Y así surge esa resistencia que no fue invento de ningún partido, nace de una manera espontánea; por eso queda esa cultura de unidad. Comparten esas luchas socialistas, anarquistas comunistas y todo el mundo marcándose el objetivo que era esperar, hacer resistencia en la retaguardia del franquismo para ganar la República, para ganar la guerra; así hasta 1939.

Desgraciadamente esa esperanza se truncó. Yo me acuerdo que vivíamos con una inquietud... que de todas formas no creíamos, que era mentira que los franquistas hubieran ganado la guerra, nos sugestionábamos de que era imposible que perdiéramos la guerra civil, la guerra de la Republica, que la República quedara destruida... pero bueno, uno se alimenta hasta el año 39 que hay la evidencia. Superamos el hecho, pero ya los grupos de insurgentes en contra del franquismo estaban conformados y la represión fue terrible, no solamente en los guerrilleros, sino en todo el mundo, familiares... todo el mundo que no se adhería al régimen. Así se va gestando el movimiento guerrillero.

Surge en 1942 esa idea de la formación de la federación de guerrillas que eran muchos grupos que había en la región, desde Lugo y Orense hasta la provincia de León. Al lado de Ponferrada se forma la 1ª federación de guerrillas y se edita el primer número de “El Guerrillero” como portavoz de las mismas. Entonces a partir de aquí se inauguró una estrategia que ya no es la estrategia de ganarse la guerra en España, la guerra civil, si no de contribuir a la Guerra Mundial, de hacer focos de resistencia para impedir, por ejemplo, que llegara la carne que venía de Galicia para Alemania. Hacíamos los sabotajes en los trenes; o con el wolfram, que era el mineral de la región, para que no pasara a Alemania y ahí coincidimos también con los servicios de espionaje inglés que junto a la guerrilla... bueno, en alguna, y han servido también de punto de apoyo a la guerrilla y todo ello conforma un foco que se va afianzando pero, ¿por que? La federación considera, conceptúa el tema de la creación del movimiento guerrillero con dos componentes: uno, la persona que está armada no puede incorporarse a la vida civil, y el otro la organización de pueblo, que son los enlaces, los servicios de información republicana, entonces todos los jóvenes que empujaron por acuñar ese movimiento guerrillero formamos los grupos de información republicana que nos pusimos al servicio de la guerrilla y realizamos tareas que corresponden también a lo que no podían hacer los guerrilleros, o que era mejor que hicieran personas que no estaban en clandestinidad. Por eso yo no digo la guerrilla, sino movimiento guerrillero porque me parece muy bien que se tenga en cuenta lo que hay detrás del movimiento guerrillero, que no lo componía sólo la gente que llevaba las armas, era todo el pueblo que lo apoyaba que muchas veces ponía más en peligro su vida que los propios guerrilleros, además que es esta una cuestión de dignidad. Cuando un guerrillero muere defendiéndose, muere, pero sus ideas quedan sin quebrantarse, pero alguien que cae en las manos de la policía con el método de tortura denigra a la persona que, en muchos casos era muy difícil resistir las tortura que ellos empleaban. Por eso no hay que decir a la ligera ‘no ha resistido’, ‘no ha sido firme’... hay que pasar por ahí. Yo no estuve en la tortura, claro, mi familia sí, y sé lo que han pasado y han quebrantado incluso la voluntad de algunas personas fieles a la Republica precisamente gracias a la tortura. Eso es lo que hay que historiar.

La singularidad por ejemplo que hubo en la región donde yo estuve, en León-Galicia en ese tiempo y en ese espacio no se da lo mismo que en el centro, claro, no se da, por ejemplo, en Levante; nosotros nunca tuvimos campamentos en la montaña porque éramos una guerrilla mixta, estábamos con los campesinos en los pueblos, pero estábamos también en la ciudad, en Ponferrada, en León, Monforte, en la Coruña y estábamos en las casas de los que estaban participando en luchas diferentes, pero hay ese denominador común, que el objetivo era el mismo, el objetivo era acabar con la dictadura. Ahí intervienen ciertos factores que muchas veces pueden malograr los esquemas. Y hubo muchos esquemas. Sobre todo cuando se hacen fuera de contexto, ahí están las contradicciones que se pueden dar cuando desde el exilio se crea el esquema de la lucha armada en el pueblo donde no sólo es un individuo el que está participando, son varios individuos y en diferente situación social. Desgraciadamente después de 60 años no hemos dilucidado suficientemente ese problema que hace parte de nuestra historia, es una etapa muy dramática porque hubo muchos muertos, muchos asesinatos; creo que de una parte personas que en otro contexto no hubieran sido tan desalmados como han sido, pero bueno, hay que ir avanzando en ese terreno en el orden de cómo sacamos las experiencias y como científicamente podemos luchar lo mismo en la diversidad, en la dictadura que ha oprimido a un pueblo en esas condiciones y sobre todo ha congelado la memoria de una gran parte de la población que todavía vive sobre los efectos de la tortura y del miedo. Y esto es terrible, no sé si alguien tiene conocimiento de la historia de otros pueblos... es una tragedia para nosotros que aquí se recuerda que se ha torturado en Chile, que se ha torturado en Argentina, que hubo desaparecidos, pero parece que en España todo fue una balsa de aceite, que no hubo desaparecidos, pero ¿en donde están los miles que todavía no se han encontrado en las fosas comunes? En dónde están los juicios, al menos desde el punto de vista histórico para aquellos que han tomado como un deporte el asesinato... no se dice nada, no hay juicios, y si no son juicios físicos al menos juicios de valor, de manera que las generaciones que vienen después se enteren de que aquí hubo una dictadura y que aquí se ha traficado con el pueblo, se ha contado la historia como les ha parecido.

Hoy me parece que es difícil para los historiadores poder situar los hechos, en fin, yo no soy un historiador, pero me he permitido investigar un poco lo que se dice en los archivos y bueno, pues la mentira es ley, eso es lo que se ve, las artimañas de la brigadilla o de los torturadores para calificar y para denigrar a aquellas personas que tenían, unas más y otras menos, una relación con la lucha armada o posteriormente, es el informe del torturador lo que consta todavía en los archivos ¿cómo podemos hacer historia si no podemos nosotros ofrecer a las generaciones futuras el conocimiento del pasado que es la única manera en que se identifique con el presente... cómo es que cuando se habla de la II República, o de la prehistoria, la gente no sabe qué es eso de la República, como si ella no contuviera valores de justicia y libertad que era lo que nos ha motivado a los que la hemos conocido?

Yo la conocí poco, pero lo suficiente como para saber qué era y que aquello no es lo que ofreció Franco, ni lo que nos ofrecen ahora tampoco. Aquel entusiasmo de participación ciudadana, sea en los centros culturales, sea en las asociaciones de trabajadores, sea la fraternidad popular para entender aquellos valores que hoy no se encuentran cuando hacen encuestas... porque hoy la juventud pasa en el 60 % de política y de otras cosas cuando está sufriendo las consecuencias de aquello; está enterrando totalmente su pasado, está enterrando esa memoria que fue la que hizo al pueblo español resistir tres años contra el fascismo internacional y que nos hizo, a los que no hemos perdido la fe y no hemos perdido la memoria, seguir luchando.

Y ahora queremos luchar, no para conseguir un mérito personal o de la época, sino para que la sociedad española pueda tener conocimiento de por donde ha pasado, y poder disfrutar lo poco que pueda conseguir si no es más ella misma protagonista. Hoy no lo es suficientemente, luego entonces creo que en este orden de cosas la lucha sigue. No quiero alargarme porque ya digo, el movimiento guerrillero de la provincia de León y Galicia allí tiene otra sensibilidad cuando hablamos de esto porque el que más y el que menos ha estado vinculado al movimiento guerrillero, bueno, los mayores, y la transmisión de memoria tampoco se pasa en todos los lugares lo mismo. No se transmite igual la memoria en un pueblo que fue protagonista en momentos más difíciles en la época de la guerrilla en los años 40 o en los años 50, que en donde no hubo ese movimiento y que entonces se apagó con la derrota de la Republica y que no se volvió a hablar.

Y allí tenemos dos fenómenos: uno que es la dignidad que vuelve a aflorar cuando los padres, los abuelos dicen a sus hijos: sí señor, yo he sido tal, y entonces recobra totalmente esa dignidad; o también la otra parte de lo que yo llamo la memoria bloqueada por la represión y por todo lo que han pasado, que también contribuye a que las nuevas generaciones no quieran saber del pasado porque ha sido muy doloroso, y la memoria del dolor y la memoria del desencanto es fruto del estímulo que se da en este momento.

Si no estimulamos los valores por los cuales se luchó y se sufrió y se fue torturado, automáticamente no hay ningún joven con ningún interés de ser otra vez torturado de correr los mismos riesgos, si no conocen los valores que acompañan, y aquellos valore son justamente la memoria, y yo creo que hay que seleccionar, al menos quienes tenemos más o menos criterio, seleccionar qué conceptos de memoria son los que hace falta revivir y como poder superar todos los traumas que es la herencia y las huellas que nos ha dejado el franquismo.

Y no faltan voces precisamente para reivindicar los valores del franquismo. No creo que el pueblo merezca el desprecio para que no sufran también las voces de izquierda, esa izquierda que no sea virtual, que sea izquierda real, esas voces justamente para poner sobre el tapete esos valores. Y eso no se puede hacer si son timoratos, si todavía los guerrilleros son considerados bandoleros, porque a esos maquis no se les dice: ustedes también han contribuido a que no perecieran del todo los sentimientos republicanos o los sentimientos demócratas para haber contribuido también a esta democracia... pero, no, no, esta democracia nos la han regalado, aquí fue una cuestión de notables y se hizo una transición donde se negoció justamente el patrimonio de lucha, el patrimonio republicano, el patrimonio de esos sentimientos, de esos valores: se ha negociado y entonces no hay manera de desbloquear esa situación.

Bueno, hoy habéis visto en el periódico “El País” que ya se habla que hay un reconocimiento a la memoria, que hay un proyecto de ley, que hay muchos proyectos de ley que pasaron por el parlamento... Yo me acuerdo del año 2001, en donde hubo un forcejeo para saber si los guerrilleros eran o no bandoleros, bueno e incluso accedieron a que no éramos bandoleros... pero qué más da si de todas maneras no se va a mover la ley de amparo: ustedes serán siempre los marginados y como ustedes todos los que los han apoyado este movimiento. Espero que este proyecto de ley que ayer pasó por mayoría no quede también empantanado en esa forma simbólica y así ya hemos arreglado el problema de la memoria histórica.

La memoria de la memoria histórica no se resuelve si no se le da al pueblo conocimiento de lo que ha sido la tragedia de la guerra civil y el franquismo. La confianza en que el pueblo tiene que buscar sus propias guías de libertad siendo partícipe, o sea, introducir una nueva cultura, la cultura del estímulo precisamente, una pedagogía que permita a cada cual decir que nadie le va a hacer la historia, que se afirme en ‘tengo que participar también en ella’, si no es así no se va a resolver en el parlamento por mucha mayoría que haya... Y bueno, pues, sí, esperaremos que a título póstumo se diga que los guerrilleros eran muy buenos chicos, pero estarán todos muertos, ya no nos molestarán, habrán desaparecido también de la historia y entonces también los valores que políticamente han contribuido para re-situar la democracia en España. Ese es el problema.

Y ya digo, no es por los guerrilleros ni por los que nos apoyaron que ya somos todos mayores y vamos a desaparecer, es por el legado que vamos a dejar a las generaciones de esos valores para que ahora y en otras etapas no se desinteresen tanto de ser protagonistas de su propio destino que es lo importante, si no, tendrán la administración más de izquierdas o más de derechas pero la administrada desde los poderes del Estado, los poderes de burócratas más que otra cosa. Esa es la situación.

Yo no quiero ir más allá, lo que sí quiero es dejar claro de que no se puede uniformar el desarrollo del movimiento guerrillero. Aquí se han dado ejemplos muy distintos, por ejemplo la brigadilla político-social que eran las contrapartidas no tuvo los mismos efectos en la zona donde yo estaba que en otras porque donde podía ir conocían a los guerrilleros personalmente, había una relación física más importante. Pero no se han dado las cosas exactamente lo mismo en otros lugares. Por eso yo creo que hay que seguir estudiando, investigando, pero siempre con ese objetivo, porque no se trata de hablar del pasado por nostalgia, o de hablar de cosas que no tienen viabilidad para el futuro, sacadas de su contexto, porque también hay pasiones que se despiertan... yo puedo hablar de mi vida con mucha pasión, o alguien que fue torturado que dice ¡ no, no, no! aquí lo que hay que hacer es volver con el fusil y resolver los problemas... las posiciones extremas son un estado de ánimo de la persona, yo no lo tengo, yo no quiero ni revancha ni volver al pasado porque ha sido muy trágico y lo he sufrido mucho, pero creo que hay que resolver los conceptos de cómo reconducir nuestra historia de una manera que podamos restablecer lo que se ha roto.

El franquismo ha expropiado valores como la fraternidad, la libertad y donde la herencia del franquismo puede conducir a no tener las ideas claras todavía de lo que eran los antiguos valores de la República y reducirlo todo simplemente a una correlación de fuerzas parlamentarias, sin contar con el pueblo que es el elemento fundamental que sufre las consecuencias del bien y del mal.

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