Los documentos de Eulogio Limia Pérez y la guerrilla.

Jorge Marco
Universidad Complutense de Madrid
HISPANIA NOVA Nº 6 2006

A partir de 1951, el Teniente Coronel de la Guardia Civil Eulogio Limia Pérez, jefe de la 136ª Comandancia, comenzó a redactar varios informes y reseñas que con el paso del tiempo han constituido el conjunto documental más frecuentado dentro de la historiografía española sobre la resistencia armada en la posguerra.

Los motivos de este hecho no atienden exclusivamente a las características endógenas de la documentación, que por otra parte son más que relevantes, sino que nos obligan a hacer referencia a ciertas circunstancias que terminaron por situarla en el centro de la investigación histórica sobre el fenómeno guerrillero.

Si bien siempre se hace referencia a la necesidad de aplicar un análisis crítico del documento (fiabilidad y adecuación de las fuentes), no debemos olvidar la existencia de otros factores –exógenos- que condicionan el interés y el uso de un documento en el ámbito de la historiografía. El hecho de que el conjunto documental de Eulogio Limia Pérez perteneciera a los fondos del archivo del PCE (aspecto del cual se desconocen los motivos), y por lo tanto, que tuvieran un fácil acceso para los investigadores -en un contexto de opacidad en torno a los fondos documentales de las instituciones represivas de la dictadura franquista-, provocó que sus informes y reseñas, en la década de los ochenta, se convirtieran en una referencia ineludible para cualquier investigador interesado en la resistencia armada en la posguerra.

Pero el papel central de los documentos de Eulogio Limia durante más de dos décadas no se debió en exclusiva al problema de la accesibilidad. En este punto queremos reflexionar sobre un asunto vital; el papel del historiador en la configuración del valor (añadido) de un documento, más allá de las características del mismo. Para ello será necesario que hagamos referencia a los orígenes de la historiografía sobre la resistencia armada, en la década de los setenta, y a la dialéctica desarrollada entre la literatura cortesana (historia oficial) y literatura hagiográfica (historia del exilio).

La primera referencia a los documentos de Eulogio Limia Pérez aparece en el libro de Andrés Sorel, Búsqueda, reconstrucción e historia de la guerrilla española del siglo XX a través de sus documentos, relatos y protagonistas, publicado en el exilio en 1970, por encargo del PCE. La referencia del subtítulo (a través de sus documentos, relatos y protagonistas) no es banal, pues el centro de legitimidad para el análisis histórico se sitúa en la fuente documental. Andrés Sorel contaba con la documentación del archivo del PCE en el exilio, es decir, documentación propia de las Agrupaciones guerrilleras, y lo que era más relevante, informes y reseñas internas de la Jefatura de la Guardia Civil, firmadas por Eulogio Limia Pérez.

Este hecho provocó una agria controversia en torno a la originalidad de la documentación y a una pugna sobre la posesión de la documentación necesaria para escribir la historia definitiva de la guerrilla en España. La primera respuesta se efectuó desde el órgano de comunicación del Centro de Estudios Históricos de la Guardia Civil, la Revista de Estudios Históricos de la Guardia Civil, en un artículo firmado por Ruíz Ayucar, en 1972. “Comprendemos las disculpas y lamentaciones (en referencia al libro de Andrés Sorel) de escritores libelistas del Partido, muy quejosos de la falta de fuentes acerca del bandolerismo que estamos historiando. Su alegato está más que justificado. Dichas fuentes están en nuestro poder”[1].

El libro de Andrés Sorel no sólo levanto esta polémica sino que, junto al libro publicado en 1971 por Alberto E. Fernández, provocó el cambio estratégico de los historiadores oficiales, pasando del inicial y prolongado silencio historiográfico (1939-1969) –salvando el caso excepcional del libro de Tomás Cossias[2]- a la urgencia por publicar una obra consolidad por su volumen documental. Con esta misión, el director del Centro de Estudios Históricos de la Guardia Civil, del Archivo, y antaño, antiguo combatiente en las filas de la Guardia Civil de la guerrilla en Andalucía, Francisco Aguado, publicó en 1975 y 1976 su testamento definitivo: El maquis en España, su historia, y El maquis en sus documentos. De nuevo, es la fuente documental presentada como eje legitimador de la ciencia histórica. Ricardo de la Cierva, en la introducción del primer volumen, establece que “es un libro sin apelación; porque los documentos, los testimonios, afloran a cada página, casi a cada línea”[3]. Fernando Rivas, en la introducción del segundo volumen, una recopilación entre los ocho mil (8.000) documentos consultados[4], continua la argumentación:

“Todos los documentos, excepto no mas de una docena, proceden de fuentes primarias e inéditos en la bibliografía o la prensa (…) este es, en suma, un libro que estaba esperando la Historia, una obra fundamental y básica, cuyo principal valor, junto a (su historia) será el de servir de muro granítico contra falsedades y tergiversaciones que es posible asomen en el campo bibliográfico –ya se presiente la avalancha- para oscurecer y maltratar, una vez mas, la realidad histórica española”[5].



Los documentos de Eulogio Limia se convirtieron, más allá de los debates sobre su existencia real –resuelta con el regreso del archivo del PCE a España después de la muerte del dictador- en el instrumento de las controversias en torno a la legitimidad y la función del documento en la ciencia histórica.


La lenta pero sostenida apertura de los archivos militares y de otras instituciones, junto a la llegada de una nueva generación de historiadores -en la década de los ochenta- con una perspectiva fuera de los marcos de confrontación ideológica, no relegó la documentación de Eulogio Limia Pérez a un ámbito periférico, dada su calidad intrínseca, pero si la desplazó de una centralidad ficticia que había sido condicionada por factores exógenos a su propia condición.


Hoy, resuelto –aunque todavía con destacadas y preocupantes excepciones- el problema del acceso a los documentos y la cuestión de la legitimidad, la historiografía sobre la resistencia armada en la posguerra no ha conseguido superar el debate en torno a la función del documento en la ciencia histórica. Obsesionada en la búsqueda de nueva documentación, ha olvidado una máxima fundamental, la investigación histórica no depende de la aparición de nuevas fuentes de información, sino de nuevos enfoques interpretativos, de “explicaciones cada vez más refinadas”[6].


Es en esta línea donde los documentos de Eulogio Limia Pérez pueden recuperar, ahora sí por cuestiones endógenas, la centralidad que merecen después de haber aplicado unos criterios de análisis en razón de la adecuación de sus documentos en función de las primeras hipótesis planteadas en una investigación. En concreto, dentro del conjunto de reseñas e informes destacan cuatro por la profusión y riqueza de información que permite analizar distintas variables del fenómeno guerrillero: a) Reseña General del problema del bandolerismo en España después de la Guerra de Liberación, 1957, b) Informe General del proceso seguido por el problema del bandolerismo en la provincia de Granada, 1952, c) Resumen del problema del bandolerismo en la provincia de Granada, 1951 (al cual pertenecen las cinco fotografías seleccionadas para esta presentación)[7].


En ellas encontramos breves resúmenes cronológicos, pero lo que es más importante, listados de los miembros de la guerrilla donde encontramos relaciones sobre los grupos dispersos, fecha de ingreso, tipos de baja, parentesco, etc. El historiador, al enfrentarse a cualquier ámbito de estudio, debe ser consciente de que es la búsqueda de nuevos enfoques y modelos de interpretación las que permiten dar saltos cualitativos en el ámbito historiográfico. Ahí están los documentos de Eulogio Limia Pérez esperando que los historiadores les sitúen de nuevo en el centro –no exclusivo, por supuesto- de la investigación, atendiendo, en este retorno, al carácter exclusivo de su potencialidad.



 





[1] RUÍZ AYUCAR, Ángel, “Guerrilla española del siglo XX”, Revista de Estudios Históricos de la Guardia Civil, 9, (1972), pp. 236. 

[2] COSSIAS, Tomás, La lucha contra el maquis en España, Madrid, Editora Nacional, 1956.

[3] AGUADO, Francisco, El maquis en su historia, Madrid, San Martín, 1975, pp. 12.

[4] AGUADO, Francisco, El maquis en sus documentos, Madrid, San Martín, 1976, pp 17.

[5] AGUADO, Francisco, El maquis en sus (…), op. cit., pp. 15.

[6] ARÓSTEGUI, Julio, La investigación histórica: teoría y método, Barcelona, Crítica, 2001, pp 380.
[7] Existe una similar sobre la provincia de Ciudad Real.

No hay comentarios:

Publicar un comentario