El Ejército cederá los búnkers de los Pirineos para que se conviertan en atracciones turísticas. El general Franco ordenó su construcción para luchar contra el maquis.

EL MUNDO 26/03/1996

LLEIDA.- El Ejército cederá media docena de búnkers, de entre los más de 10.000 que construyó el general Francisco Franco en el Pirineo durante la década de los 40, para que sean rehabilitados ahora con fines turísticos. Estas construcciones debían servir para la lucha contra los maquis y para evitar una hipotética invasión.

La iniciativa ha surgido de los consejos comarcales del Alt Urgell y de la Cerdanya, que han proyectado instalar en los búnkers observatorios naturales de fauna terrestre, aprovechando sus condiciones de camuflaje, y pequeños museos que recreen la función bélica que tuvieron, según Efe.

Fuentes de los ayuntamientos de Martinet y Lles explicaron que el proyecto ha sido muy bien acogido por los responsables del Ejército, que se han prestado a colaborar con la cesión por parte de la Capitanía General de Cataluña de material militar de la época y mapas de los búnkers.

Las dimensiones de estas instalaciones determinarán su uso, ya que algunos de los búnkers son de una sola sala, que estaba habilitada como nido de ametralladoras o morteros, mientras que otros disponen incluso de pasillos interiores de hasta 100 metros de longitud.

La media docena de búnkers que está previsto habilitar por motivos turísticos, de entre los 94 que se encuentran en la zona del Beridà, que agrupa los municipios de Martinet y Lles, estarán unidos entre sí por un itinerario de unos 25 kilómetros, algunos de ellos de recorrido subterráneo.

Las instalaciones militares formaban parte de la línea «Pirineos», conocida popularmente en la comarca como «línea Gutiérrez», que consistía en una fortificación defensiva «inspirada en la estrategia de la época, como la línea Maginot francesa», explicó el presidente del consejo comarcal de la Cerdanya, Joan Pous.

La línea se extendía de Irún hasta Roses y fue ideada en los primeros años del franquismo como sistema defensivo ante un hipotético ataque desde Europa y como medida contra los maquis.

Esta fortificación se organizaba en centros de resistencia de unos diez o quince búnkers y con funciones específicas y diferente material. Algunos de los siutados en el área ampurdanesa ya fueron en su momento reconvertidos en refugios de montaña.

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