Esta asociación, agrupa a nivel internacional a unos 500 guerrilleros repartidos por toda España, así como por Méjico, Cuba, Checoslovaquia y la antigua Unión Soviética, principalmente. También agrupa a antiguos miembros de las Brigadas Internacionales y a los llamados "niños de la guerra", aquellos niños embarcados por la República con destino a Rusia y que nunca más
volvieron, o si lo hicieron, fue a un país donde apenas les quedaba raíz afectiva alguna. Además este colectivo trata de sacar a la luz viejas fichas policiales de estos guerrilleros, expedientes de juicios sumarísimos que recayeron sobre personas acusadas de apoyar a los emboscados.
En Cantabria viven aun junto a Jesús de Cos Borbolla, poco más de media docena de aquellos guerrilleros. Generalmente permanecen olvidados y llenos de recuerdos. Mientras que en Francia se les rinde homenaje de forma continua, en España aún no se les reconoce siquiera su derecho a una pensión, a pesar de que hace unos años se rehabilitó a los miliares que lucharon por la República, durante la Guerra Civil.
Jesús de Cos, mantiene que las personas que lucharon en el monte contra el fascismo, fueron juguetes en manos de la alta política internacional tras la Guerra Civil.
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